Es curioso como desde hace un par de años hemos observado en Clave Web un cambio en el perfil de nuestros clientes. Este cambio consiste básicamente en el objetivo que el cliente busca con la realización de su proyecto.
Recuerdo aquellos días en los que una persona (o prospecto) se ponía en contacto con nosotros y nos realizaba preguntas tan profundas como «¿cuanto cuesta una web?». Eran tiempos en los que los estudios de diseño nos dedicábamos a despachar webs. Webs en las que el cliente tenía puestas pocas o ninguna esperanza porque entonces una web era una moda. La gente tenía web, las empresas tenían web, pero la tenían porque había que estar…
Internet había llegado para quedarse y evolucionaba tan rápidamente que muchas personas no entendían como podían sacar rendimiento de ella. Durante años se convencieron de que la funcionalidad de Internet se reducía a permitirles mostrar mediante una bonita web su empresa, su taller, su panadería… Nos solicitaban webs en las que nadie se implicaba, no se aportaban fotos, ni textos. El SEO era opcional. Lo importante era tener la web y tenerla cuanto antes para mostrársela a los familiares, amigos o para sacar pecho frente a la competencia.
Pero de repente llega la famosa crisis. Una crisis que lo ha cambió todo. Cambió la denominada estabilidad laboral, la seguridad que hasta la fecha proporcionaba un trabajo «fijo», la tranquilidad que nos daba no tener que preocuparnos de nuestro futuro. La destrucción de cientos de miles de puestos de trabajo hizo que muchas personas comenzaron a fabricarse su propio trabajo. Para ello encontramos el aliado perfecto: Internet.
Han pasado ya 10 años y se ha demostrado que ya nada será igual que antes de la crisis. Las personas han aceptado que la estabilidad laboral se fue para siempre. Por ello, año tras año nos encontramos a más personas que necesitan crear un proyecto, un negocio que les de la oportunidad de ganarse la vida sin depender de un contrato.
Ahora nadie llama solicitándonos una web. Nadie nos pregunta «¿cuanto cuesta una web?». No piden una web «porque hay que estar». Eso se ha acabado. Internet ha pasado de ser una moda a ser una herramienta, y con mayúsculas.
Los clientes que vienen a visitarnos a la oficina o que nos llaman por teléfono están informados, saben lo que quieren. Se muestran muy interesados e implicados en su idea. Quieren conocer otra manera de explotar su talento, sus conocimientos, de aportar su valor a otras personas. En definitiva, ahora nos piden ayuda para crear un negocio viable que les permita conseguir clientes y que esté basado en esa maravillosa tecnología que nos hace más iguales y en los que cualquier persona con talento e interés puede conseguir ganarse la vida: Internet.
Todas las semanas nos llegan personas solicitándonos Membership sites para monetizar su contenido de valor, webs para potenciar su marca personal, páginas para que su empresa física venda más, para que aumente el número de solicitud de presupuestos, tiendas online para vender su producto exclusivo o auténticos proyectos web a medida.
El cliente que nos llega hoy ya sabe que una web por si sola no funciona, que ahora está unida a una estrategia de marketing que será la que consiga validar su idea de negocio. Que sin SEO y sobre todo sin SEM la cosa no funcionará. Que se debe crear comunidad incluso antes de tener su proyecto online. Que el trabajo en redes sociales es fundamental para viralizar su proyecto. Que es mejor comenzar con una web basada en el principio LEAN (Producto Mínimo Viable) y dejar que sean los usuarios y su feedback los que le indiquen cómo ampliar su proyecto.
Nos enfrentamos todos a una nueva realidad: un cliente que quiere ganarse la vida gracias a Internet y que ahora nos reclama más que nunca asesoramiento. Un cliente que necesita que realicemos un auténtico trabajo de consultoría, validar su idea de negocio, crear una estrategia para que los usuarios conozcan su servicio…
Y es que ya no se trata de hacer webs. Se trata de crear negocios.